EL MIEDO
Para quien tiene miedo, todo son ruidos - Sófocles
El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Cualquier cosa puede provocar miedo en una determinada persona. El miedo nos paraliza y nos hace fijar toda nuestra atención en el estímulo desencadenante. Los principales efectos subjetivos del miedo son: una gran sensación de malestar, preocupación y en un gran número de ocasiones la sensación de pérdida total del control. El miedo, da lugar a una enorme cantidad de trastornos psicológicos. Tener miedo al miedo es aun peor y significa vivir con los recuerdos temerosos del pasado que proyectamos hacia un futuro incierto. Es la ansiedad o miedo que sentimos al pensar obsesivamente en una situación o actividad que tememos y que está pendiente de ocurrir. A continuación voy detallando tres de los más conocidas manifestaciones del miedo: las fobias, la ansiedad y los traumas.
FOBIAS
El hombre que tiene miedo sin peligro inventa el peligro para justificar su miedo - Alain Emile Chartier
El término fobia viene del griego “fobos”, que significa pánico. La fobia básicamente es el miedo que padece una persona de manera desproporcional, exagerada e irracional ante objetos o circunstancias de la vida diaria que le impiden llevar adelante una vida normal. Un miedo simple se convierte en una fobia cuando se torna exagerado y afecta la vida cotidiana de una persona. Aunque también hay que considerar aquellos casos en los que la fobia no llega a alterar la vida normal de una persona, pero de todos modos se experimenta un miedo irracional a algo o alguien.
A través de la hipnosis regresiva o regresión hipnótica, se accede a esa parte del inconsciente donde los recuerdos y las emociones quedaron reprimidas, (atrapadas). Vas al origen del problema, de la fobia que la persona está teniendo en la actualidad, permitiendo de esta forma localizar la situación y el motivo concreto que originaron este temor y se hace un trabajo de transformación y de canalización para reprogramar y sanar la fobia.
Gracias a la hipnosis, se pueden romper las asociaciones o vínculos negativos creados por el sujeto afectado, evitando que siga perpetuando ese miedo desproporcionado ante un ascensor, un insecto, un avión, etc. Al finalizar el proceso, la persona afectada debe tener un control y dominio absoluto de la situación que en su origen generaba un miedo desproporcionado e incontrolable.
“En Hipnosis podemos resolver cualquier tipo de Fobia de una forma relativamente Rápida y Efectiva, accediendo al interior de la persona y cambiando su Programación Mental “.
ANSIEDAD
"Todo empieza con un sueño. Suéñalo y podrás lograrlo".
Walt Disney
La ansiedad es básicamente un mecanismo de defensa, un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Es normal, adaptativo, mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta. La función de la ansiedad es movilizar el organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias. La ansiedad, pues, nos empuja a tomar las medidas convenientes (huir, atacar, neutralizar, afrontar, adaptarse, etc.) según el caso y la naturaleza del riesgo o del peligro.
La ansiedad pues, como mecanismo adaptativo, es buena, funcional, normal y no representa ningún problema de salud. Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir, produce problemas de salud y, en lugar de ayudarnos, nos incapacita.
El proceso hipnótico por sí mismo calma la ansiedad sea cual sea el contenido de la sesión. La hipnosis y la auto hipnosis relajan, calman y normalizan las constantes vitales y sitúan al cliente/paciente en una perspectiva de normalidad y estabilidad desde la que poder actuar más fácilmente para tratar la causa, que puede estar generando la ansiedad.
Así pues, gracias a la hipnosis podemos acceder a los patrones inconscientes de la persona que sufre ansiedad y que su cerebro pueda reaprender como cuando reseteamos un ordenador, aprende formas nuevas de enfrentarse a todas esas situaciones.
Siguiendo la línea de McCann y Pearlman (1990), se puede considerar que evento es traumático desde un punto de vista psicológico si es una amenaza o ataque que:
Ocurre de pronto, inesperadamente o fuera de toda norma (esto incluye abusos continuados).
Excede la capacidad que percibe el individuo para poder manejar la amenaza o el ataque.
Perturba los marcos de referencia del individuo y otros esquemas básicos que le sirven para entender y manejarse en el mundo.
Para la OMS, en el CIE-10, el trauma ocurre cuando: La persona ha estado expuesta a un acontecimiento estresante o situación (tanto breve como prolongada) de naturaleza excepcionalmente amenazadora o catastrófica, que podría causar un profundo disconfort en casi todo el mundo.
Debido a un trauma, a una situación inesperada que nos impacta y perturba, nuestro cerebro puede desequilibrarse, perder la sincronía, quedando ese hecho doloroso o traumático, atrapado en redes neuronales, en el hemisferio derecho, con la imagen, los sonidos, las creencias negativas que producen ese hecho y sin poder acceder a los recursos, a la experiencia que reside en el hemisferio izquierdo, no pudiendo procesar la información debidamente.
Nuestro cerebro no encuentra los recursos necesarios para superar la situación. Al quedar el malestar atrapado en el hemisferio derecho y quedándose sin los recursos del hemisferio izquierdo, la persona se ve atrapada en la incredulidad y el dolor emocional, sintiendo: ansiedad, tristeza, pánico, ira, creencias negativas, baja autoestima, pesimismo, síntomas físicos (tensión, presión en el pecho, boca seca, nudo en el estómago, diarreas repentinas, etc.), como “detonación” de una parte de un recuerdo traumático no procesado, o procesado de forma disfuncional o parcial.
En 1987, Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, descubrió que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos. Esto fue el principio del desarrollo de este método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias auto limitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas. Shapiro, 1989, inició una investigación con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y victimas de abuso sexual para medir la eficacia del EMDR. EMDR reducía de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos.
Para superar los traumas y volver a encontrar el equilibrio y salud emocional es necesario que toda esa información estancada en redes neuronales, en el hemisferio derecho, sea procesada. Debemos poner en marcha el sistema de “curación” natural de nuestro cerebro.
Para lograr esta sincronización de los hemisferios cerebrales vamos a trabajar con método SHEC (Sincronización de Hemisferios Cerebrales) y con Hipnoterapia.
La hipnoterapia te ayuda a eliminar todo lo que te ha estado deteniendo y lo sustituye por lo que quieres lograr, así cuando tu mente busque patrones o hábitos y emociones almacenados, encuentre nuevos pensamientos o patrones más positivos.
Por esta razón es que la hipnoterapia resulta tan efectiva y sobresaliente para superar los traumas del pasado, para que queden atrás y no sigan siendo un obstáculo para convertirte en lo que deseas ser.
Te sorprenderás al ver las increíbles mejoras que podrás alcanzar, entre las cuales mencionaremos solo algunas:
Te ayuda a aceptar nuevas ideas
Puedes adoptar comportamientos beneficiosos
Ayuda a tomar decisiones y aclarar tus prioridades
Mejora tu estado de ánimo
Ayuda a conciliar el sueño
Puedes combatir el estrés, la depresión, la ansiedad, el dolor, entre otros.
Muchas veces no somos completamente conscientes de cómo esos eventos influyen en nuestro día a día. Sin embargo, se puede rastrear su origen hasta encontrar la causa del malestar y así lograr que el cerebro “reprocese” dicha experiencia para ir disminuyendo parte de su impacto emocional.
Condiciones antes de agendar la primera cita
La hipnosis, el Coaching y la PNL son unas herramientas que pueden resultar muy útiles, sin embargo no son una panacea, hay unos cuantos requisitos para el éxito de la sesión:
Llamada previa
Entender la mente
El test de la imaginación
Las "tareas"
Ante todo debemos saber cual es el asunto a tratar y determinar si realmente podemos acompañar (los casos que están bajo supervisión con un psicólogo o psiquiatra, deben presentar también un informe con el diagnostico y el acuerdo del profesional para el uso de la hipnosis).
Conocer es poder y el conocimiento nos hará libres. Deben mirar un video educativo que os ayuda a entender como funciona el cerebro, la mente y la imaginación. La hipnosis se basa en la imaginación y en la capacidad de mantener la atención enfocada en una sola idea durante un tiempo.
La hipnosis se basa en la capacidad de imaginar y en este sentido hay varios niveles de profundidad. Lo más que una persona puede imaginar, más puede experimentar la "hipnosis". El video que deben mirar antes de la sesión, ayuda determinar el nivel y a elegir el enfoque adecuado.
En el caso de una crisis personal, es lo más natural poner la fe en los demás, sin embargo parte de la terapia con hipnosis y coaching es el auto-empoderamiento y la auto-responsabilización. El parte vital e imprescindible de la terapia seguir las pautas entre sesiones para asegurar su éxito.